Como una practica ancestral tanto en el budismo como en el hinduismo, los mándalas son expresiones pictóricas que simbolizan representaciones espirituales del individuo, estos diagramas que poseen un origen sánscrito, intentan mostrar el macro y el microcosmo sagrado del interior del ser.

Para la psicología, son expresiones del inconsciente colectivo o un intento individual de lograr la perfección de si mismo.

Por otro lado, los mándalas promueven la relajación e incentivan la creatividad personal, con una técnica libre que no requiere conocimiento previo, ni ninguna habilidad particular en dibujo o pintura.

Lo que tengas ganas de hacer, hazlo!!!! por que eso que hagas es parte de ti y el valor del mándala, no es la realización en si misma, si no lo que expresa de tu interior.

Dejar fluir la libre expresión de tus deseos, en forma de colores y dibujos, es la esencia misma de tu origen divino, eso que sale de ti, sale del interior del ser, es el universo que existe en tu interior que se manifiesta en formas y colores.

El mándala es una mirada interior, que ayuda al despertar de la conciencia y del espíritu, donde los colores reflejan el estado de animo, sin prestar atención a su combinación correcta, las formas hablan
de nuestra armonía personal de ese momento, reflejando de esta manera un sentir que brota de lo mas profundo del individuo.

 

El mándala es una descarga espiritual y emocional que provoca una relajación tal, que puede inducir al sueño reparador.

Para crear un mándala no importan los materiales que se usen, lápiz, acuarela, oleo, madera, papel, piedras, metales, hojas, acrílicos, tierra, arena, barro, etc, etc, lo que importa realmente es la total y absoluta libertad creativa y dejar salir el impulso interior, que representa la energía divina que todos los seres tenemos dentro.

Solo tenemos que tener un punto de partida, un círculo o triangulo central y referencia los cuatro puntos cardinales, a partir de eso, solo resta plasmar lo que nuestro interior desea, sin censuras de ningún tipo.

Los colores hablan de nuestros deseos ocultos o de nuestros traumas pasados, no necesitamos hacer un análisis de ellos, la sola expresión produce una descarga que nos libera, produciendo una relajación sanadora del punto de vista psíquico, mental y espiritual.

En occidente, el arterapia, es una aproximación, en algo relacionado con los mándalas en su aspecto curativo, ya que su energía unifica el ser.

El mándala, tiene un centro, que representa al núcleo universal, la creación primaria, luego el desarrollo, que si bien tiene una base universal general, es propio a cada individuo.

Los mándalas tibetanos, definen con total claridad la función de estos, ellos nos dicen que «el camino es la meta» dando un claro valor a que el fluir de la vida es lo importante y no el final del camino.

Los objetivos logrados, pronto, pierden su valor, lo importante fue el camino recorrido, los mándalas son exactamente eso, meditar en que parte del camino estamos.

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