Imagen de Jeniffer, Wai Ting Tan

El taoísmo es una vía espiritual milenaria de origen chino, que llega hasta nuestros días como una de las más puras expresiones de la sabiduría oriental.

Sus influencias pueden verse en Oriente en la política, la cultura, la lírica, la pintura, la caligrafía y hasta en el desarrollo de la jardinería

Si bien Lao-Tsé es el autor del «Tao Te King«, el libro más importante del Taoísmo, conocido como «El libro del camino y de su virtud», en donde se explica esta filosofía, que fue escrito en el año 600 A.C, las raíces del taoísmo, son anteriores a él.

Para los taoístas, cada persona debe conocer su propio cuerpo mejor que nadie, y se responsabiliza a sí mismo por el buen funcionamiento de él.

Esta es la razón por la cual practican la auto curación.

La medicina taoista se basa en el uso de medicamentos de hierbas y en la práctica de ejercicios cotidianos, algunos de los cuales son de una sencillez inigualable.

Los ejercicios que propone el taoísmo se fundamentan, en un cambio de conciencia respecto de nuestra relación con el cuerpo y el entorno.

No se trata tanto de curar, como de prevenir la aparición de desórdenes causados por la mala relación entre el ser humano y el mundo que lo rodea.

Seguir los preceptos del taoísmo significa conservar la salud y alcanzar la longevidad.

Taoísmo es un modo de ser y de actuar, de ver la realidad y estar en el mundo.

Se trata de un camino hacia la sabiduría con el fín de lograr el conocimiento mental.

El camino del Tao debe ser comprendido como un puro camino de realización, no por medio de la razón ni de las especulaciones.

Para el Tao, el hombre auténtico es la figura del sabio inserto armónicamente en el orden universal entre el yin y el yang, que es la unión cósmica masculina y femenina del cielo y de la tierra.

El taoismo considera contraproducente cualquier sistema de normas morales y rígidas porque asfixia la espontaneidad.

Su enseñanza no se expresa con palabras sino a través de su ser integro con su modo de actuar, su mirada y hasta su respiración.

El ser tao es natural y desprecia lo artificial

Cultiva lo auténtico y no reprime los instintos naturales, más bien los depura y encauza convenientemente.

Se adapta como el agua a cualquier superficie.

El Tao prefiere lo ínfimo, lo minúsculo, porque sabe que la felicidad nace en lo pequeño y le ayuda a avanzar en el camino de su propia elevación espiritual.

Su ideal de perfección consiste en armonizar la vida al ritmo cósmico, fundiéndose con la naturaleza y en marcha hacia la unidad, aceptar con agrado todos los cambios, inclusive la muerte.

Cuando el hombre se libera de las tiranías de la pasiones, se abre al impulso cósmico, hasta lo más ínfimo de la realidad cobra un inmenso valor.

Las actitudes del sabio Tao

La alimentación es fundamental para la medicina taoísta.

Según los taoístas se debe comer, solo si ha un verdadero apetito.

La ganas de comer no deben originarse en la cabeza, sino en el estómago.

Es el estómago quien debe producir la sensación de hambre. si el hambre viene de la cabeza es mejor no comer.

Es importante terminar de comer antes de sentirse saciado.

En una escala del 1 al 10 al finalizar la comida debemos sentirnos saciados en un 7.

Otro paso importante en la medicina taoista es beber sólo cuando se tiene sed y no beber líquidos en cantidad durante las comidas.

Meditar Zen al levantarse es otra de las actitudes del sabio Tao.

Sentarse mirando hacia el Este, practicar el ejercicio de Foco abierto de la Meditación Zen.

Respirar en forma normal y relajada por la nariz.
Relajar los miembros lo más posible.
Utilizar cojines y almohadas para hacer más cómoda la posición
Identificar el campo visual y durante 10 minutos permanecer fijando la atención en todos los puntos del campo visual.

Aunque parece un ejercicio fácil, puede costar bastante al principio.

Es como perder la atención y descubrirse focalizando en un punto concreto de la habitación o pensando vertiginosamente en las actividades del día.

Si esto ocurre, volver a la posición inicial y retomar la atención sobre todos los puntos.

En unas dos o tres semanas de practica diaria será posible llegar a un punto en el que la sensación será la de ser un espejo que refleja la realidad del momento pero sin participar en ella.

Su objetivo es satisfacer la necesidad de percibir la realidad y la necesidad de trascender la individualidad.

Alimentación Taoista

El principio fundamental taoísta de mantener el equilibrio entre el Yin y el Yang se aplica armonizando las «Cuatro Energías» y los «Cinco Sabores de los alimentos» (Lea: Cuales son los alimentos yin y yang)

Las principales energía de los alimentos son cuatro, estas son el calor, tibieza, frescor y frío.

Categorizadas de esta manera especifican la naturaleza y la intensidad de la energía que es liberada en el organismo humano cuando se digieren los alimentos.

Los alimentos calientes y tibios corresponden a Yang, los frescos y fríos al Ying.

Los primeros son estimulantes y generan calor, mientras que los segundos son calmantes y refrescan los órganos.

Los cinco sabores y las cuatro energías en la alimentación de la medicina taoista.

Los cinco sabores establecen una distinción más etérea, basada en los cinco variables de sabor, como son:  sabor dulce que corresponde a la tierra, el sabor amargo que corresponde al fuego, el sabor agrio que corresponde a la madera, el picante al metal y el sabor salado que corresponde al agua.

Cada uno de estos sabores posee una afinidad original (gui jing) con cada uno de los cinco órganos sólidos. Yin y su propio órgano Yang.

Para estimular los órganos vitales sobre todo en épocas de frio, es necesario ingerir los alimentos Yang, tibios y calientes, esto atenúa las enfermedades y generan un aumento del calor corporal.

En cambio los alimentos Ying fríos están recomendados para contrarrestar la anemia, la fatiga y los escalofríos.

Para armonizar el estómago, como para favorecer la circulación, en la medicina taoista, están indicados los alimentos dulces que corresponden a tierra, ya que dispersan la energía estancada y alimentan la energía vital.

Los dátiles y el ginseng corresponden a esta categoría, así como también el maíz y las legumbres.

Para depurar los intestinos, están destinados los alimentos de sabor amargo (fuego), ya que estos secan el organismo contrarrestando el exceso de humedad.

Para casos de diarreas y colapso de colon, en cambio se recomiendan los alimentos amargos (madera) ya que tienden a solidificar los intestinos.

Fuente consultada: Dr. Maoshing Ni. El tao de la nutrición. Océano/Ambar. Barcelona, España 2001

“En el centro de tu ser tienes la respuesta; sabes quién eres y sabes qué quieres.”

Lao Tse

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Ricardo S.

Si no puedes volar, corre; si no puedes correr, camina; si no puedes caminar, gatea, pero sigue avanzando hacia tu meta.